Si podemos empezar el año nuevo con reflexiones nuevas, creo, que podemos aseverar entonces que el año viejo si nos dejo algo, nos dejo aprendizajes.
En esta ocasión, quiero compartir una experiencia de un amigo que viví de cerca.
Este amigo es
catequista tuvo la genial idea de
inspirar a su grupo y hacer una obra de teatro, cuyas ganancias fueran
completamente a la beneficencia.
Si les gustan este tipo de cosas, pensaran….”que
excelente idea”, “que inspirador”, etc.
Pero…seamos realistas, ¿Cuántas de esas frases terminan
en apoyo hacia un proyecto, no solo de esa naturaleza, de cualquier naturaleza?
En nuestra cultura, lastimosamente, las personas se interesan en proyectos que tienen
antecedentes, que ya están empezados, que tienen historia y que básicamente, la
parte más difícil ya está elaborada (convenientemente).
Luchar contra estas tendencias culturales, que están arraigadas
incluso en nosotros “los soñadores” es increíblemente difícil.
Pero, acaso, ¿no todo comienza como un sueño?, ¿no todo comienza como una plática alentadora
entre unos amigos cuyos valores, enseñanzas y ansias de cambiar el mundo o
buscar algo mejor los lleva a un camino desconocido donde una empresa utópica,
a veces, incluso les cambia la vida?
Volviendo al caso de mi amigo, al cual vi esforzarse
harto durante meses, luchar con pesimistas, con el desgano de la gente, con el
abandono, con la falta de compromiso y responsabilidad de las personas allegadas; lucha, que concluyo y
se vio recompensada los días que se presentó la obra.
Entonces…. ¿y fueron todos felices al final del cuento?
¿Y si todos podemos hacer que los buenos proyectos dejen
de ser sueños y cuentos donde la suerte parece el protagonista principal?
En las películas, en las historias, en los cuentos, las
partes difíciles duran apenas unos segundos, a esto, sumemos la idea una
sociedad moderna que nos inculca que debemos vivir rápido, estudiar en menos de
3 años, casarnos antes de los 30, ser
millonarios antes de los 40, no hay tiempo para soñar y mucho menos para buscar
la realización de los mismos.
Hemos llegado al punto donde una proyectito tan pequeño
se hace imposible porque las personas no quieren comprometerse a algo que nos
les generara nada en menos de 2 meses.
Olvidemos el mundo acelerado de afuera, hoy, en los
primeros días de enero, los invito a
revisar sus cementerio de sueños y tal vez susurrarles (si es que ustedes
quieren oír) que muchos de ellos siguen con un halito de vida, como Lázaro,
esperando que los llamen a la vida.
Porque, aunque a veces lo ignoremos, siempre hay algo, dentro, que nos llama a ser lo que debemos ser, en palabras de Becquer...llevamos "algo divino aqui dentro".
RIMA VIII
Cuando miro el azul horizonte
perderse a lo lejos
a través de una gasa de polvo
dorado e inquieto,
me parece posible arrancarme
del mísero suelo,
y flotar con la niebla dorada
en átomos leves
cual ella deshecho.
Cuando miro de noche en el fondo
obscuro del cielo
las estrellas temblar, como ardientes
pupilas de fuego,
me parece posible a do brillan
subir en un vuelo,
y anegarme en su luz, y con ella
en lumbre encendido
fundirme en un beso
En el mar en la duda en que bogo
ni aún se lo que creo:
¡Sin embargo, estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro!
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